Aaron Bailey fue un afroamericano nacido en 1972 en Indianápolis, Indiana. Desde joven, tuvo problemas con la ley y fue encarcelado varias veces por delitos relacionados con drogas y armas de fuego. En 2017, a los 45 años, fue baleado y asesinado por la policía después de una persecución en coche. Los oficiales involucrados afirmaron que Bailey se negó a detenerse durante una parada de tráfico, que luego chocó su coche y que luego intentó alcanzar un arma en el vehículo. Sin embargo, el tiroteo desató una gran controversia y protestas en Indianápolis, principalmente debido a que Bailey no tenía un historial de delitos violentos y estaba desarmado en el momento en que recibió los cuatro disparos que le causaron la muerte. Después de una investigación, dos oficiales de policía fueron acusados de homicidio imprudente en relación con la muerte de Bailey, lo que supone un gran avance en cuanto a responsabilidad por parte de las fuerzas del orden público en Estados Unidos.