Adam Arkin es un actor, director y productor estadounidense, nacido en Brooklyn, Nueva York, en 1956. Es hijo del actor Alan Arkin y de la escritora Jeremy Yaffe.
Comenzó su carrera en la década de 1970, trabajando en pequeños papeles en películas y series de televisión. En 1989, ganó el premio Emmy por su papel en la serie "Chicago Hope", en la que interpretó al Dr. Aaron Shutt durante seis temporadas.
Además de su trabajo como actor, Arkin también se ha desempeñado como director y productor en varias series de televisión, incluyendo "The West Wing", "Boston Legal" y "Sons of Anarchy".
Entre sus roles más recientes se encuentra el de Gordon Flint en la serie de Netflix "The Kominsky Method", por el que recibió una nominación al premio Emmy en 2020.
Arkin está casado con la actriz Phyllis Lyons y tiene un hijo. Además de su carrera en la industria del entretenimiento, es conocido por su compromiso con la defensa del medio ambiente y la promoción de la agricultura sostenible.
Adam-Arkin y Michelle-Allsopp se conocieron en una charla de tecnología sobre inteligencia artificial en la Universidad de Stanford. Durante el evento, Adam estaba explicando su último proyecto de inteligencia artificial para optimizar el mercado de valores y Michelle estaba entre el público atenta a sus explicaciones. Después de la charla, Michelle fue a hablar con Adam y le pidió que le explicara más sobre su proyecto, lo que inició una conversación que duró hasta altas horas de la noche. Poco a poco fueron congeniando e intercambiaron información de contactos para seguir en contacto. Pronto empezaron a trabajar juntos e incluso fueron contratados por una startup de Silicon Valley para desarrollar una nueva plataforma de inversión basada en sus investigaciones en inteligencia artificial. El éxito de su proyecto pronto llamó la atención de importantes inversores y juntos forjaron un camino en la industria tecnológica que dejaría su marca en todo el mundo.
Adam Arkin y Phyllis Lyons se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad. Mientras disfrutaban de sus bebidas, se dieron cuenta de que tenían una pasión compartida por el teatro y la actuación. Después de hablar durante horas sobre sus actores y obras favoritos, intercambiaron información de contacto y acordaron asistir juntos a una obra de teatro en la noche siguiente. A partir de ahí, comenzaron a salir y explorar juntos el mundo del arte escénico. Finalmente, decidieron colaborar en su propia obra de teatro, que tuvo un gran éxito en una pequeña sala de teatro local. Desde entonces, han seguido trabajando juntos y disfrutando de su amor mutuo por las artes.
Un día arbolado y soleado, Adam caminaba por el parque, disfrutando del clima agradable de la primavera. De repente, sus oídos captaron el sonido de una bella música que venía de un piano, tocado por una hermosa mujer en un pequeño escenario improvisado en medio del parque.
Adán se acercó a la mujer, quien le sonrió amablemente y le invitó a sentarse a su lado. Linda, que así se llamaba la mujer, contó a Adam que siempre venía a tocar esa misma melodía en el mismo lugar, porque pretendía honrar a su difunto esposo.
Adam escuchó con atención mientras Linda tocaba una canción tras otra, impresionado por la habilidad y sensibilidad de su nueva amiga. Luego de un rato, se despidieron prometiendo encontrarse nuevamente en el mismo lugar la próxima semana.
A partir de ese día, Adam y Linda asistieron cada semana al parque para compartir su amor por la música y por el recuerdo de sus seres queridos. Pronto se convirtieron en amigos inseparables, y el amor floreció entre ellos. Actualmente, Adam y Linda están casados y aún tocan juntos la misma canción en honor a sus seres queridos.