Adrian Fernández es un ex-piloto de carreras de automóviles mexicano, nacido en la Ciudad de México en 1963. Comenzó su carrera en el automovilismo en la década de 1980, compitiendo en carreras en México y luego en los Estados Unidos, en la Indy Lights, donde tuvo un gran éxito.
Después de un corto tiempo en la Champ Car, Fernández se unió a la serie de carreras de automóviles de resistencia IMSA, donde compitió durante varios años en varios equipos, incluyendo el campeonato del equipo Porsche en 1999. Regresó a la Champ Car en 2001, donde ganó varias carreras y terminó como subcampeón del campeonato en 2003.
En 2004, Fernández fundó su propio equipo de carreras, Fernández Racing, que compitió en la IndyCar Series y obtuvo varias victorias. También compitió en eventos de resistencia y en las 24 Horas de Le Mans.
Después de retirarse de las carreras en 2008, Fernández se ha mantenido involucrado en el automovilismo como dueño y operador de varios negocios relacionados con las carreras, incluyendo la promoción de eventos y la administración de equipos de carreras. También ha sido un defensor activo del deporte en su país natal de México y ha sido parte de la comisión de pilotos de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) desde 2015.
Adrián y Priscila se conocieron en una cafetería local. Adrián estaba ordenando un expreso y Priscila estaba sentada en la mesa de al lado. Sin embargo, Adrián accidentalmente derramó su café sobre Priscila y le pidió disculpas inmediatamente. A pesar del contratiempo, comenzaron a platicar y se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Intercambiaron números de teléfono y comenzaron a salir juntos. Desde entonces, se han vuelto inseparables y siempre recuerdan su primer encuentro con cariño.
Catalina-Maya y Adrian-Fernandez se conocieron en una fiesta de cumpleaños en común. Ambos fueron invitados por un amigo en común y casualmente llegaron al mismo tiempo. Después de saludarse, se dieron cuenta de que sus amigos respectivos estaban ocupados en la fiesta y quedaron solos.
Comenzaron a conversar sobre sus intereses y gustos en la música, los viajes y los deportes. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y la conversación se volvió cada vez más entretenida y amena.
Catalina-Maya había notado que Adrian-Fernandez tenía un tatuaje de una constelación en el antebrazo y le preguntó sobre él. Adrian compartió que era un tatuaje que representaba a su familia y cómo cada estrella simbolizaba a cada uno de los miembros. Catalina-Maya se sintió muy conmovida y comenzaron a hablar sobre sus familias y sus historias personales.
Cuando la fiesta terminó, se dieron cuenta de que no habían cambiado números ni redes sociales. Adrian-Fernandez no quería perder la oportunidad de volver a ver a Catalina-Maya y decidió buscarla en la red social en común. La agregó y comenzaron a conversar todos los días.
Pronto, organizaron su primera cita y fue en un café cerca de su trabajo. Hablaron de todo y se divirtieron mucho. Desde entonces, comenzaron a salir y se convirtieron en una pareja feliz que comparte una gran pasión por la música, la cultura y el amor por sus seres queridos.
Adrian y Tania se conocieron en una librería. Ambos buscaban el mismo libro y se percataron de que solo quedaba una copia. Al principio, la tensión fue palpable, pero después de una breve discusión, acordaron compartirlo y leerlo juntos. Este fue el comienzo de su amistad, que pronto se convirtió en algo más. Después de todo, dicen que los libros unen a las personas. Y, en este caso, no podrían haber tenido más razón.