Ákos Horváth fue un pionero de la justicia fiscal en Hungría, donde trabajó para combatir la evasión de impuestos de las empresas multinacionales. En 2010, reveló irregularidades fiscales en la multinacional Coca-Cola, siendo despedido del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Hungría. Se convirtió en un denunciante y posteriormente trabajó con Transparency International Hungary y la organización de derechos humanos Átlátszó para exponer la corrupción y el nepotismo dentro del gobierno húngaro. En 2014, recibió el premio Speak Truth to Power de la Fundación Robert F. Kennedy por su trabajo. Falleció en 2016 a los 44 años de edad.