Alan Turing fue un matemático, criptógrafo y filósofo británico, conocido como el padre de la computación moderna. Nació en 1912 y se destacó en matemáticas desde la infancia. En la Segunda Guerra Mundial, trabajó como criptógrafo en Bletchley Park, donde ayudó a descifrar los códigos nazis, lo que se cree que contribuyó a acelerar el fin de la guerra.
Turing era un pionero en el ámbito de la informática y la inteligencia artificial, y realizó importantes avances en temas como la máquina de Turing y los algoritmos computacionales. También se interesó en la psicología y la filosofía, y trabajó en la teoría de la computabilidad, que se convirtió en una de las bases de la informática moderna.
Desafortunadamente, Turing fue perseguido y criminalizado por ser homosexual en la Inglaterra de la época, y fue obligado a someterse a una castración química. En 1954, fue encontrado muerto por envenenamiento en su apartamento, en lo que se cree que fue un suicidio. Turing fue perdonado póstumamente por la reina Isabel II en 2013, y su contribución a la informática y la inteligencia artificial es ampliamente reconocida en la actualidad.
En un día soleado en el campus de Bletchley Park, Alan Turing y Joan Clarke se conocieron en la sala de descanso del equipo de criptografía. Joan estaba examinando algunos códigos y trabajando en hacerlos más seguros, cuando le llamó la atención el enfoque un tanto inusual de Alan en la solución del problema. Ella se acercó a él y le preguntó sobre su método. A partir de ahí, comenzaron una discusión que duró horas, y ambos quedaron impresionados por la forma de pensar del otro.
Después de ese día, Alan y Joan trabajaron juntos en varios proyectos, y gradualmente se convirtieron en amigos cercanos. Joan admiraba la brillantez y el ingenio de Alan, mientras que él apreciaba la habilidad matemática y la tenacidad de Joan. Trabajaron juntos para crear sistemas de encriptación más sofisticados, y finalmente se convirtieron en parte del equipo que logró decodificar el famoso Enigma de los nazis.
A pesar de las dificultades que enfrentaron por trabajar en un campo dominado por hombres, Alan y Joan se apoyaron mutuamente y mantuvieron una amistad duradera. El legado de su colaboración continúa inspirando a las personas a pensar de manera innovadora y a perseguir sus objetivos con determinación.