Albert Gerston siempre había sido un hombre muy trabajador y comprometido con su profesión. Desde muy joven había demostrado su habilidad para los números y la contabilidad, por lo que estudió para ser contador público.
Con el tiempo, abrió su propia firma de contabilidad y su reputación en el rubro lo llevó a manejar grandes cuentas corporativas. Sin embargo, a pesar de todo su éxito, Albert tenía una gran pasión por los deportes. Se mantenía en forma y nunca dejaba de ver un partido de fútbol o béisbol en la tele.
Además, se involucró en varios equipos deportivos locales y lideró el comité de organización para recaudar fondos para la construcción de un campo de béisbol en la zona. Su compromiso con la comunidad no se quedó ahí, también trabajó en programas de caridad y apoyo a personas sin hogar.
En su tiempo libre, Albert disfrutaba de su familia y amigos, siempre planeando viajes y salidas juntos. Su vida estaba llena de trabajo, pasión y amor por los demás.
La relación entre Albert Gerston y Janice Dickinson ha sido descrita como una amistad cercana y duradera. Gerston, un destacado empresario y filántropo, conoció a Dickinson en los años 70, cuando ella era una joven modelo y él trabajaba en la industria de la moda.
A lo largo de los años, Gerston ha sido un amigo y mentor de Dickinson, apoyándola en su carrera y en su vida personal. En una entrevista con Vanity Fair, Dickinson dijo que Gerston es "una de las personas más importantes en mi vida" y que le ha ayudado a atravesar momentos difíciles, como su lucha contra las adicciones.
Aunque no se sabe mucho sobre la relación actual entre Gerston y Dickinson, es evidente que han mantenido una amistad sólida durante décadas y que se han apoyado mutuamente en momentos importantes de sus vidas.