Alberta Small fue una luchadora por los derechos civiles y la igualdad racial en Estados Unidos. Nacida en 1916 en Mississippi, Small creció en una época en la que la segregación racial era ley en todo el país. Fue educada en una escuela segregada, pero su sed de conocimiento la llevó a asistir a una escuela blanca a pesar de las amenazas y la intimidación.
Durante la década de 1940, Small se mudó a Chicago en busca de mejores oportunidades. Allí se unió a la NAACP y comenzó a luchar por la igualdad racial en su comunidad. Participó en protestas y manifestaciones pacíficas, a menudo arriesgando su propia seguridad. También se convirtió en la primera mujer negra en seleccionar jurados en Illinois.
En 1955, Small tuvo un papel crucial en el histórico boicot al autobús de Montgomery, liderado por Martin Luther King Jr. Envió múltiples cartas a las autoridades locales y nacionales en apoyo de la acción y se involucró en la organización de transporte alternativo para los miembros de la comunidad negra.
Después de su muerte en 2008, Small fue honrada póstumamente por su valentía y dedicación a la lucha por los derechos civiles. Su legado continúa inspirando a las generaciones venideras de activistas, quienes trabajan para lograr una sociedad más justa e igualitaria.
Frank McCourt y Alberta Small se conocieron en la década de 1960 cuando él impartía clases de literatura en una escuela de Nueva York y ella era una adolescente en una de sus clases.
Según lo que se ha informado, la relación entre ambos comenzó cuando Alberta se presentó en la casa de Frank para pedirle que la ayudara con su tarea y terminaron besándose. A pesar de que él era mayor que ella, la pareja comenzó una relación romántica que duró varios años.
Sin embargo, su relación no fue fácil. Frank estaba casado y tenía hijos, por lo que debían mantener su relación en secreto. Además Alberta, que era afroamericana, tuvo que lidiar con la discriminación y el racismo que existía en la sociedad de la época.
Finalmente, la relación entre Frank y Alberta llegó a su fin después de que él se divorciara de su esposa y se mudaran juntos a Irlanda. Sin embargo, su relación aún es recordada como una parte importante de la vida de Frank McCourt y de su obra literaria.