Alberto Zapican era un hombre de vida sedentaria. Debido a su trabajo en una oficina, pasaba la mayor parte del día sentado frente a un ordenador. Sin embargo, siempre había querido tener un estilo de vida más activo y saludable, pero nunca había encontrado la motivación para hacerlo.
Un día, mientras caminaba hacia su casa después del trabajo, vio un grupo de personas haciendo ejercicio en el parque. Se acercó y comenzó a hablar con ellos, y se sintió inspirado por su entusiasmo y energía.
Desde entonces, empezó a hacer ejercicio regularmente y a comer más saludablemente. Descubrió que le encantaba correr al aire libre y se convirtió en un entusiasta del yoga. También comenzó a experimentar con nuevas recetas y a cocinar comidas saludables en casa.
Con el tiempo, Alberto se convirtió en un ejemplo para sus amigos y familiares, que lo admiraban por su compromiso con su salud y su bienestar. Se sintió más feliz y satisfecho consigo mismo de lo que había sido en años, y se dio cuenta de que nunca era demasiado tarde para hacer un cambio positivo en su vida.
Alberto Zapican fue uno de los músicos cercanos a la cantautora chilena Violeta Parra. Él formó parte del grupo Los Cuatro Huasos, junto a Violeta, su hermano Nicanor y el músico Guillermo "Willy" Bascuñán. Además, colaboró en la creación musical de varias de las canciones más emblemáticas de Violeta, como "La Jardinera" y "Gracias a la vida".
Zapican tocaba la guitarra, el charango y el tiple, y era reconocido por su habilidad en la interpretación de la música tradicional chilena. A lo largo de su carrera, participó en numerosos conciertos y grabaciones junto a otros destacados músicos chilenos.
Violeta y Alberto mantuvieron una amistad cercana durante muchos años, y trabajaron juntos en diversas ocasiones. La música de ambos artistas es considerada un importante legado cultural de Chile, y ha sido fuente de inspiración para numerosos músicos y artistas de todo el mundo.