Mario Sardiña

Esposo de Alejandra Lazcano

Alejandra y Mario se conocieron en una cafetería cerca del centro de la ciudad. Los dos se encontraban en la fila para ordenar y casualmente estaban detrás del otro. Mario estaba mirando el menú con mucha atención, mientras que Alejandra no podía decidir qué pedir. De repente, Mario se volvió hacia ella y le recomendó un latte con sabor a vainilla, asegurándole que era el mejor de la casa. Alejandra agradeció su consejo y decidió ordenar lo mismo. Durante la espera, empezaron a conversar sobre sus gustos en café y descubrieron que compartían una pasión mutua por el arte de la cafeína. Después de intercambiar nombres y números de teléfono, se dieron cuenta de que habían perdido la noción del tiempo y que ya era hora de regresar al trabajo. Prometieron reunirse pronto en la misma cafetería para explorar juntos más acerca de su amor común por el café. A partir de ese día, Alejandra y Mario se convirtieron en amigos y compañeros de café frecuentes.