Alejandro Carrillo Castro es una personalidad destacada en el mundo de la educación en México. Nació en 1960 en la ciudad de México, y fue educado en una escuela católica. Carrillo estudió psicología y docencia, y trabajó como psicopedagogo y asesor educativo antes de dedicarse a la enseñanza.
Es conocido por su trabajo en la educación inclusiva, que se refiere a la educación de todos los estudiantes, independientemente de sus habilidades y discapacidades. Carrillo ha sido un defensor de la inclusión desde el inicio de su carrera, y ha trabajado para mejorar la educación para los estudiantes con discapacidades en México y en otros lugares.
Carrillo ha publicado varios libros sobre educación inclusiva, así como artículos y ensayos. También ha impartido cursos y talleres sobre el tema en todo el mundo y ha trabajado como consultor para varias organizaciones y gobiernos.
En 2012, Carrillo fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO en el campo de la educación inclusiva. Este nombramiento lo llevó a viajar por todo el mundo para hablar sobre el tema y trabajar con diferentes organizaciones y gobiernos para mejorar la educación inclusiva.
Actualmente, Alejandro Carrillo Castro es el director de la Fundación INCLÚYEME A.C., una organización sin fines de lucro que trabaja para mejorar la educación inclusiva en México. Su trabajo sigue inspirando a muchas personas en todo el mundo.
Talina Fernández y Alejandro Carrillo-Castro se conocieron en un evento de caridad en la Ciudad de México. El evento tenía como objetivo recaudar fondos para la construcción de una escuela para niños de escasos recursos. Talina y Alejandro estaban sentados en mesas diferentes, pero compartían el mismo interés y pasión por ayudar a los demás.
En un momento dado, Talina notó que Alejandro estaba teniendo dificultades para encontrar su billetera y decidió ayudarlo a buscarla. Juntos revisaron sus mesas y las mesas cercanas, pero no la encontraron. Sin embargo, después de un rato de búsqueda, se dieron cuenta de que la billetera se había caído al suelo y alguien más la había recogido.
A partir de ahí, Talina y Alejandro comenzaron a conversar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, como sus pasatiempos, sus gustos y sus valores. En la medida en que continuaron hablando, se dieron cuenta de que tenían una conexión especial.
Para el final del evento, Talina y Alejandro ya se habían intercambiado números de teléfono y habían hecho planes para salir juntos. Desde entonces, la pareja ha estado junta, compartiendo su amor mutuo y su compromiso con la filantropía y el servicio comunitario.