Alice Pellegatti llevaba una vida ajetreada, en la que la velocidad era su máxima. Trabajaba en una empresa de marketing, por lo que todos los días se enfrentaba a nuevas estrategias y propuestas. Además, era una apasionada del deporte, así que siempre encontraba tiempo para correr o practicar yoga.
En su tiempo libre, le gustaba perderse en librerías y descubrir nuevos autores. Era una amante de la literatura y había llegado a escribir algunos poemas y relatos.
A pesar de su intensidad, Alice era una persona muy cercana y amable, capaz de ver el lado positivo de las cosas incluso en momentos difíciles. Tenía un grupo reducido de amigos, pero muy leales y con los que compartía todo.
En el amor, Alice había sufrido alguna decepción, pero seguía creyendo en la posibilidad de encontrar a alguien especial. Su lema era vivir cada día al máximo y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Roberto-Frejat y Alice-Pellegatti se conocieron en una tienda de discos en el centro de la ciudad. Ambos estaban buscando el mismo vinilo de una banda brasileña poco conocida y coincidieron en la misma sección. Comenzaron a hablar sobre su amor por la música y descubrieron que tenían gustos similares. Intercambiaron números de teléfono y quedaron en verse de nuevo para escuchar algunos discos juntos. Desde entonces, se han convertido en grandes amigos y han compartido muchas aventuras musicales juntos.