Amy Gossage siempre ha sido una mujer muy determinada en su vida. Desde muy joven supo que quería ser abogada y luchó por conseguirlo. Trabajó horas interminables en su carrera y se convirtió en una profesional muy exitosa. Sin embargo, su matrimonio no tuvo la misma suerte y hace algunos años se divorció. A pesar de ello, Amy decidió que no dejaría que eso le afectara y se concentró en su trabajo y en su familia. Es una mujer muy comprometida con su comunidad y siempre ha sido activa en organizaciones sin fines de lucro. Además de su trabajo, ha participado en campañas de ayuda a personas en situaciones de vulnerabilidad, siempre con mucho entusiasmo y dedicación. Actualmente, Amy se encuentra en su mejor momento. Ha logrado un equilibrio entre su trabajo y su vida personal, ha viajado por todo el mundo y ha conocido personas extraordinarias. Sigue siendo una defensora de los derechos humanos y sueña con un mundo más justo y equitativo.