Anna Gaël, cuyo nombre real era Gabrielle Anne Cécile Desclee, fue una escritora, periodista y militante feminista francesa nacida en 1899 y fallecida en 1987.
Gaël nació en una familia acomodada y estudió en la Sorbona de París. Durante su juventud, comenzó a escribir y publicar sus obras literarias en revistas y periódicos de la época.
En la década de 1920, se convirtió en una figura destacada del movimiento feminista francés, participando activamente en la lucha por los derechos de las mujeres y escribiendo sobre temas feministas en sus obras literarias.
En los años 30, Gaël se casó con el escritor y poeta irlandés Samuel Beckett, aunque su matrimonio duró poco tiempo y terminó en divorcio. Esto no impidió que mantuvieran una amistad y colaboración literaria a lo largo de sus vidas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Gaël se unió a la Resistencia francesa y luchó contra la ocupación nazi.
Tras la guerra, continuó trabajando como escritora y periodista, publicando varias novelas y ensayos. También se destacó como traductora, traduciendo al francés obras de autores irlandeses como James Joyce.
La obra de Gaël se caracterizó por su estilo poético y su defensa de los derechos de las mujeres. En reconocimiento a su trabajo, en 1960 recibió la Legión de Honor del gobierno francés.
Anna Gaël falleció en 1987, a los 88 años, dejando un legado literario y feminista importante en la cultura francesa.
Alexander Thynn, mejor conocido como el 7mo Marqués de Bath, y Anna Gael se conocieron en una elegante fiesta en Londres. En un principio, Anna no sabía quién era Alexander y lo confundió con uno de los camareros del evento. Sin embargo, cuando él se presentó con su título nobiliario, ella quedó sorprendida. A pesar de la diferencia de edad y de su origen social, la química entre ellos fue instantánea y comenzaron a conversar animadamente. Pasaron toda la noche riendo y bailando juntos, y desde entonces no se han separado. La relación no ha estado exenta de dramas y obstáculos, pero el amor que se profesan es más fuerte que cualquier adversidad. Juntos, Alexander y Anna forman una pareja muy peculiar y fascinante que no pasa desapercibida en los círculos más exclusivos de la alta sociedad europea.
Gilbert Pineau y Anna Gael se conocieron por casualidad en un café de París. Gilbert estaba absorto en su libro cuando Anna se acercó a la mesa en busca de un enchufe para cargar su teléfono. Gilbert ofreció compartir su toma de corriente y así surgió una conversación entre ellos. Descubrieron que ambos eran fans de la música clásica y que trabajaban en campos de investigación similares. Los dos quedaron tan sumergidos en su charla que no se dieron cuenta de que el café había cerrado y el personal estaba empezando a apilar las sillas. Anna se dio cuenta primero y sugirió que terminaran la conversación en su casa, a la vuelta de la esquina. Gilbert aceptó, encantado, y así comenzó una amistad que eventualmente se convirtió en un romance.