Anna Rubinshtein nació en 1899 en Kiev, Ucrania. A temprana edad, ella y su familia se mudaron a Varsovia, donde comenzó a estudiar danza en la Academia de Ballet de Varsovia. Después de graduarse, se unió a varios coros y compañías de danza, y finalmente se mudó a Berlín para estudiar en la Escuela del Ballet Imperial Ruso. En Berlín, fue descubierta por el famoso coreógrafo ruso Sergei Diaghilev, quien la invitó a unirse a su compañía, Les Ballets Russes.
Rubinshtein se convirtió en una de las principales bailarinas de Les Ballets Russes, y trabajó con muchos de los artistas más importantes de su tiempo, incluyendo a Pablo Picasso, Coco Chanel y Salvador Dalí. Fue conocida por su técnica excepcional y su habilidad para interpretar una amplia variedad de roles. Rubinshtein también se desempeñó como coreógrafa y profesora de danza, y realizó una gira mundial con los Ballets Russes hasta que la compañía se disolvió en 1929.
Después de su carrera en los Ballets Russes, Rubinshtein se casó y se retiró de la danza profesional. Sin embargo, continuó enseñando danza y trabajando con varios grupos de danza amateur. También fundó su propia escuela de ballet en París, donde vivió gran parte de su vida. Anna Rubinshtein murió en París en 1987, a la edad de 88 años. Hoy en día se la recuerda como una de las mejores bailarinas del siglo XX y como influencia en la danza moderna.
Eduard Limónov y Anna Rubinshtein fueron pareja durante algunos años en la década de 1990. Limónov era un escritor, poeta y político ruso, conocido por su liderazgo en el Partido Nacional Bolchevique. Rubinshtein era periodista y crítica literaria.
Su relación fue tumultuosa y se caracterizó por constantes peleas y reconciliaciones. En su libro "Лимонов. На лестнице зла" ("Limonov. En la escalera del mal"), Rubinshtein describe cómo Limónov la engañó y fue violento con ella varias veces. Sin embargo, también reconoce que estaban profundamente enamorados en ese momento y que su relación tuvo un gran impacto en su vida y en su carrera.
La relación entre Limónov y Rubinshtein terminó en la década de 2000, y los dos siguieron caminos separados en sus carreras y vidas personales. Limónov falleció en marzo de 2020, mientras que Rubinshtein sigue siendo una figura importante en el mundo literario y periodístico de Rusia.