Annabelle Horsey siempre ha sido una mujer decidida y apasionada por las artes. Desde muy joven, se sintió atraída por la danza clásica y la actuación, lo que la llevó a estudiar en prestigiosas academias y a participar en varias producciones teatrales.
Con el pasar de los años, su amor por las artes la llevó a explorar otras disciplinas, como el cine y la fotografía. Pronto descubrió que tenía un talento innato para capturar la belleza en sus fotografías y comenzó a recibir numerosos encargos y colaboraciones en revistas de moda y arte.
Anabelle siempre ha sido una mujer aventurera y soñadora. Viajó por todo el mundo, conociendo diferentes culturas y estilos de vida que la han inspirado en su trabajo creativo.
A pesar de su éxito como artista, siempre ha mantenido una sencillez y humildad que la hacen única y cercana a las personas. Siempre está dispuesta a compartir sus conocimientos y a ayudar a otros que buscan encontrar su camino en el mundo de las artes.
Annabelle Horsey es una mujer admirada y respetada por su trabajo, pero sobre todo por su calidad humana y su gran pasión por la vida.
Max-Brown había visto a Annabelle-Horsey en su clase de arte varias veces, pero nunca se había animado a hablarle hasta aquel día en el que se quedaron los dos hasta tarde en la clase. Mientras ambos dibujaban tranquilamente en la sala, Max se animó a alzar la vista y fijar su atención nuevamente en la bellísima Annabelle que se encontraba sentada en una esquina del aula.
Luego de un momento en silencio, Max se atrevió a preguntarle qué estaba dibujando, lo que dio inicio a una conversación fluida y agradable entre los dos. Descubrieron que compartían muchos intereses, como el amor por los libros antiguos y la pasión por la música clásica.
Desde ese momento, Annabelle y Max se convirtieron en amigos inseparables, pasando horas y horas juntos en el aula de arte, en la biblioteca de la universidad o simplemente caminando por el campus. Con el tiempo comenzaron a darse cuenta de que había algo más que amistad en su relación, pero por temor a arruinar su amistad, decidieron tomarse las cosas con calma.
Pero un día, después de años de amistad, Max reunió el coraje suficiente para confesarle sus sentimientos a Annabelle. Para su sorpresa, ella respondió diciendo que también sentía lo mismo. Desde ese momento, su relación cambió para siempre y su amor fue creciendo cada día más. Finalmente, se convirtieron en pareja, viviendo una historia de amor que siempre recordarán.