Anne-Charlotte Pontabry es una joven francesa nacida en 1998 en Nantes. Desde su infancia, mostró un gran interés por la música y comenzó a estudiar violín a la edad de 5 años. A lo largo de su educación, se enfocó en la música clásica y se destacó en competiciones internacionales.
En 2017, Anne-Charlotte ingresó a la prestigiosa Escuela de Música y Arte Dramático de París (ESMAD) para continuar su educación en el violín. Mientras estudiaba en la ESMAD, también comenzó a explorar la música electrónica y creó su propio proyecto musical bajo el nombre de "Luna".
Luna lanzó su primer sencillo en 2020, titulado "Nightmare", que ganó popularidad en las redes sociales. Desde entonces, Anne-Charlotte ha estado trabajando en su música y ha colaborado con otros artistas en la escena francesa de música electrónica.
Además de su carrera musical, Anne-Charlotte también es activista por los derechos de los animales y ha participado en varias campañas en defensa del medio ambiente y la protección animal.
En resumen, Anne-Charlotte Pontabry es una talentosa violinista y artista de música electrónica francesa que ha sido reconocida tanto en el mundo clásico como en la música moderna. También es una activista comprometida con causas sociales y ambientales.
Un día, Anne-Charlotte Pontabry estaba buscando un café acogedor para trabajar, cuando se topó con un pequeño pero encantador café cerca de su casa. Tan pronto como entró, notó a un hombre peculiar sentado en la mesa de al lado con un libro de programación en la mano.
Intrigada por su elección de libro, Anne-Charlotte comenzó a hablar con el hombre, y resultó que era Stephane Porato, un famoso programador francés. Los dos comenzaron a hablar sobre sus intereses en la tecnología y rápidamente se dieron cuenta de que compartían una pasión común.
Después de esa conversación, comenzaron a reunirse regularmente en ese café y trabajar juntos en proyectos de programación. Con el tiempo, su amistad se convirtió en una colaboración exitosa, y juntos fundaron una empresa de tecnología que fue muy exitosa. Y todo gracias a un pequeño café y un libro de programación.