Annelle Hayes es una mujer apasionada por la música desde muy joven. A los 18 años comenzó su carrera como cantante en un grupo local de rock, donde encontró su verdadera vocación. Desde entonces, ha recorrido diversas ciudades ofreciendo sus conciertos y compartiendo escenario con grandes artistas.
La música es su gran amor, pero también es una mujer comprometida con su entorno. Después de una serie de encuentros y desencuentros amorosos, decidió dedicar parte de su tiempo a trabajar por las causas sociales que más le importan. Actualmente, es voluntaria activa en una organización que lucha contra la violencia doméstica.
Annelle es una mujer polifacética, que no se encasilla en un solo rol. También es una gran amiga y madre entregada. Ha educado a su hijo con los valores que considera fundamentales en la vida, como el respeto, la empatía y el amor por uno mismo y por los demás.
Su camino ha sido un constante aprendizaje y crecimiento personal, y ha logrado superar obstáculos que en algún momento parecían insuperables. Annelle es una guerrera, una mujer resiliente y valiente que, aunque no sabe lo que le depara el futuro, está segura de que seguirá dejando huella por donde pase.
Un día, Aannelle-Hayes y Mark-Stevens se encontraron en una pequeña cafetería en el centro de la ciudad. Los dos estaban de pie en línea, esperando por su café, cuando Mark notó que Aannelle estaba usando una camiseta de su banda favorita.
Mark no pudo resistirse a preguntarle sobre la camiseta y así comenzó la conversación. Aannelle era una gran fanática de la banda también, y rápidamente comenzaron a intercambiar historias y opiniones sobre su música.
Después de que obtuvieron sus café, decidieron sentarse juntos en una mesa y seguir charlando. La conversación fluyó de manera natural, y pronto se dieron cuenta de que tenían mucho en común.
Poco a poco, su amistad comenzó a crecer, y comenzaron a reunirse en la misma cafetería todas las semanas. Finalmente, Mark decidió invitar a Aannelle a salir en una cita formal, y a partir de ahí, su relación continuó floreciendo.
Hoy en día, Aannelle y Mark están enamorados y siguen visitando esa pequeña cafetería donde se conocieron por primera vez, recordando el momento mágico en que sus caminos se cruzaron.