Anton Gutierrez

Anton Gutiérrez vivía en un pequeño pueblo de la costa. Desde muy joven, su pasión por el mar lo llevaba a pasar horas y horas explorando la playa y sus alrededores. Esta afición lo llevó a estudiar biología marina, convirtiéndolo en un experto en lo que respecta a la fauna y flora que habita en el litoral. Anton pasaba mucho tiempo en su laboratorio, realizando experimentos y estudiando las muestras que recolectaba. Sin embargo, su verdadera pasión seguía siendo la observación directa en el mar. Por eso, dedicaba todos los fines de semana a recorrer la costa en su pequeña embarcación, tomando muestras y fotografiando todo lo que encontraba. Además de su amor por el mar, Anton también era un apasionado de la música. Desde joven aprendió a tocar la guitarra, y su habilidad con las cuerdas era impresionante. Solía tocar en el bar del pueblo, donde lo recibían con aplausos y ovaciones. En el plano personal, Anton era un hombre muy reservado. No le gustaba hablar demasiado de sí mismo, ni de sus proyectos o planes a futuro. Sin embargo, todos los que lo conocían coincidían en destacar su enorme talento, su generosidad y su compromiso con la naturaleza.