Arnold Gillespie fue un diseñador de efectos especiales estadounidense nacido en 1899 en San Francisco. Estudió en la Universidad de California y comenzó su carrera en la industria del cine en los años 20 trabajando para la compañía de animación Walt Disney Studios. A lo largo de su carrera, Gillespie trabajó en películas emblemáticas de Hollywood como Lo que el viento se llevó (1939), El mago de Oz (1939), Show Boat (1951), La historia de Glenn Miller (1953) y Ben-Hur (1959), siendo este último el que le valió un Oscar a los Mejores Efectos Especiales. Gillespie fue uno de los fundadores del departamento de efectos especiales de la Metro-Goldwyn-Mayer, donde trabajó durante más de 30 años hasta su jubilación en 1965. Su labor fue fundamental para el desarrollo y la evolución de los efectos especiales en el cine, y es considerado una leyenda en este campo. Arnold Gillespie falleció en 1978 a los 78 años en Los Ángeles, California, dejando un legado en la creación de algunos de los efectos especiales más icónicos de la historia del cine. En resumen, Arnold Gillespie fue uno de los diseñadores de efectos especiales más importantes de la era dorada de Hollywood, siendo su trabajo fundamental en películas como Ben-Hur, por la que ganó un Oscar.