Arthur Millett

Arthur Millett era un hombre solitario que pasaba la mayor parte de su tiempo encerrado en su estudio. Era un escritor consumado y estaba trabajando en su novela más ambiciosa hasta la fecha. Algunas noches, después de horas de escribir, Arthur salía a caminar por los tranquilos senderos del bosque cercano a su casa. Allí encontraba inspiración y claridad para volver a escribir al día siguiente.

A pesar de que Arthur disfrutaba de su soledad, tenía un círculo pequeño de amigos que lo visitaban ocasionalmente. Él valoraba mucho estos encuentros simples y las interesantes discusiones que tenían. Pero en su mayoría, prefería estar solo con sus pensamientos y su obra de arte.

Arthur era un gran amante de la música clásica; Bach y Mozart eran sus compositores favoritos. A veces, cuando escribía, ponía una pieza de música para inspirarse. Su novela estaba escrita con una riqueza literaria exquisita y expresaba ideas que solo una mente brillante podría formular.

Algunos decían que Arthur era un hombre extraño y que su vida era un misterio. Pero eso no importaba para él, porque sabía que su obra hablaría por sí sola. Y continuó escribiendo, puliendo cada palabra para acercar su sueño a la realidad.