Athena Bass

Athena Bass adoraba viajar, y a menudo aterrizaba en lugares exóticos alejados de las principales rutas turísticas. Se había propuesto conocer el mundo al margen de la multiculturalidad capitalista, buscando experiencias auténticas y satisfacción personal. En su último viaje, de hecho, se había aventurado en una pequeña aldea en el interior de las selvas de Sudamérica, donde había conocido a una población indígena que se resistía a los cambios del mundo moderno. Se había quedado allí varios días, ayudando a los aldeanos con sus tareas cotidianas y compartiendo historias alrededor del fuego. Como siempre, hizo amigos allí, pero finalmente fue hora de partir y seguir el camino. A pesar de su amor por las aventuras, Athena también valoraba mucho su tiempo en solitario, y estaba dotada de un gran sentido del autodescubrimiento. Cuando estaba en casa, disfrutaba especialmente de la meditación y la práctica de yoga, y trabajaba en su jardín orgánico. De todas formas, su vida estaba dedicada a la búsqueda de su lugar en el mundo, tanto a nivel personal como espiritual, y nunca dejaba de sorprender la gente con estas elecciones atípicas.