Béla Tibor Jeszenszky nació en Hungría en 1926. Estudió teología y se convirtió en sacerdote católico. En la década de 1950, participó en la revolución húngara contra el régimen comunista y fue encarcelado por varios años. Después de su liberación, emigró a los Estados Unidos en 1957 y se estableció en Nueva York.
Jeszenszky trabajó como profesor de filosofía y teología en varias universidades, incluyendo la Universidad de Notre Dame y la Universidad de Fordham. También trabajó como director del departamento de comunicación de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
En la década de 1980, Jeszenszky regresó a Hungría después de la caída del régimen comunista y se convirtió en embajador de Hungría en los Estados Unidos durante la administración de George H.W. Bush. Desempeñó un papel importante en la restauración de las relaciones diplomáticas y económicas entre Hungría y los Estados Unidos después del fin de la Guerra Fría.
Jeszenszky falleció en 2011 en Budapest, Hungría. Fue un destacado defensor de la libertad y la democracia, y es recordado por su dedicación a la Iglesia católica y su servicio a su país de origen.
Anna-Domok y Bela-Tibor-Jeszenszky se conocieron en una galería de arte en Budapest. Ambos estaban mirando una pintura abstracta cuando notaron que estaban parados el uno al lado del otro. Comenzaron a hablar sobre la obra de arte y luego descubrieron que eran vecinos que nunca antes se habían conocido. A partir de ese momento, comenzaron a encontrarse regularmente para discutir arte, literatura y cine y rápidamente se convirtieron en amigos cercanos. Poco después, Jeszenszky les presentó a su amigo Tibor, y Anna se unió a su grupo de amigos. Juntos exploraron la cultura de Budapest y siempre recordarán cómo se conocieron gracias a su amor compartido por el arte.
Bela, Tibor y Jeszenszky se conocieron en una conferencia de arte en Budapest en 1989. Los tres estaban estudiando en la Universidad de Artes y Diseño de Budapest y compartían un gran interés por el arte contemporáneo y la fotografía.
Durante la conferencia, estuvieron juntos en muchas de las conferencias y exposiciones, y rápidamente se dieron cuenta de que compartían una gran pasión por el arte y la creatividad. Hablando con entusiasmo y discutiendo sobre diferentes artistas y movimientos artísticos, se dieron cuenta de que eran el uno para el otro.
Diana, por otro lado, se conoció con Bela, Tibor y Jeszenszky en una exposición de arte en San Francisco en 1999. Al igual que los tres amigos, Diana había estudiado arte y estaba interesada en la fotografía. Cuando se encontró con ellos en la exposición, se sintió atraída por su pasión y energía.
Después de la exposición, los cuatro se mantuvieron en contacto y comenzaron a colaborar en proyectos de arte juntos. La amistad que forjaron juntos en Budapest y San Francisco se convirtió en una relación duradera y profunda que sigue hasta el día de hoy. Ahora, trabajan juntos en proyectos, viajan juntos y asisten a exposiciones de arte en todo el mundo.
Bela, Tibor y Jeszenszky habían sido amigos desde la infancia, se habían conocido en la escuela secundaria y habían estudiado juntos en la universidad. Una tarde, mientras estaban en un café, conocieron a Marianna. Ella se acercó a ellos y comenzaron a hablar sobre sus intereses y pasatiempos.
Descubrieron que tenían muchos intereses en común, como la música, el cine y los viajes. Marianna sugirió que podrían planear un viaje juntos, y los cuatro estuvieron de acuerdo.
Así es como comenzó su amistad, y desde entonces se han mantenido en contacto y han seguido viajando y explorando el mundo juntos. A lo largo de los años, su amistad se ha fortalecido y se han convertido en una familia elegida.
Antonia y Balint se conocieron en una biblioteca mientras buscaban el mismo libro. Estaban ambos agachados en la misma estantería y sus manos se rozaron al tomar el libro al mismo tiempo. Al levantar la vista, se encontraron mirándose fijamente y empezaron a hablar sobre sus intereses en literatura. Descubrieron que tenían mucho en común y desde entonces, empezaron a salir juntos. Por otro lado, Bela y Tibor se conocieron en una clase de arte en la universidad. Comenzaron a hablar sobre su pasión por la pintura y descubrieron que compartían una visión similar del mundo. Se hicieron amigos rápidamente y comenzaron a trabajar juntos en proyectos artísticos. Con el tiempo, su amistad se convirtió en una relación amorosa y ahora son inseparables.