Bertha Wardell fue una destacada bailarina y coreógrafa estadounidense nacida en 1899 en Colorado. Desde muy joven, mostró un gran interés y habilidad en la danza, y comenzó a recibir clases en su ciudad natal. A los 19 años, se mudó a Nueva York para perseguir su carrera en la danza moderna y la coreografía.
Wardell trabajó con algunos de los nombres más importantes de la danza moderna de su época, incluyendo a Martha Graham y Lester Horton. También fue miembro fundador de la compañía de danza de Charles Weidman.
En la década de 1940, Wardell fundó su propia compañía, The Bertha Wardell Dance Company, y coreografió y dirigió muchas obras aclamadas por la crítica. También se desempeñó como directora artística de una compañía de danza en Los Ángeles y enseñó en varias escuelas y universidades.
Wardell fue considerada una pionera en la danza moderna y su trabajo influyó en muchos bailarines y coreógrafos que vinieron después. Falleció en 1961, pero su legado perdura en la danza moderna y la cultura estadounidense.
Edward Weston y Bertha Wardell tuvieron una relación tumultuosa que comenzó en 1922. Bertha era una modelo y musa para Weston, quien se enamoró de ella a pesar de estar casado en ese momento. Weston se separó de su esposa, Flora, para estar con Bertha y comenzaron una relación romántica y creativa.
Juntos, Weston y Wardell realizaron numerosas fotografías icónicas, en las que se aprecia una fuerte conexión entre ambos. Hay una gran sensualidad en las imágenes y se percibe la confianza y complicidad en la relación. Bertha inspiró a Weston a experimentar más con la forma femenina en el arte de la fotografía.
Sin embargo, la relación no duró mucho tiempo. Bertha comenzó a tener problemas de salud mental y se volvió cada vez más inestable. Weston terminó la relación después de unos años y se distanció de Bertha por completo. A pesar de esto, las fotografías que compartieron juntos todavía se consideran algunas de las obras más icónicas en el mundo de la fotografía.
Edward Weston y Bertha Wardell compartieron una intensa relación amorosa y artística durante varios años en la década de 1920. Weston, uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX, conoció a Wardell en 1922 en un taller de fotografía en California, donde ella era su modelo y estudiante.
La química entre ellos fue inmediata y, aunque Weston estaba casado y Wardell tenía solo 17 años (14 años más joven que él), pronto comenzaron una relación que duró varios años. Vivieron juntos en varios lugares de California y México, y compartieron tanto su amor como su pasión por la fotografía.
Wardell inspiró a Weston en muchas de sus obras más famosas, y su relación fue fundamental en el desarrollo del estilo fotográfico del artista. Sus retratos de ella son considerados algunas de las imágenes más hermosas y sensuales de la historia de la fotografía.
Sin embargo, su relación no estuvo exenta de problemas. Weston luchaba con su propia naturaleza y su compromiso con su esposa e hijos, mientras que Wardell sufría de problemas de salud mental y finalmente fue diagnosticada con esquizofrenia, lo que llevó a su separación definitiva. Weston finalmente se separó de su esposa y se casó con otra mujer, pero su amor por Wardell nunca disminuyó. Incluso después de su muerte en 1958, Weston envió cartas a su hija recordando a Wardell como el amor de su vida y su musa.