Billy Delbosq siempre había sido una persona aventurera. Desde joven había viajado por todo el mundo, explorando lugares remotos y conociendo nuevas culturas. Sin embargo, en algún momento, Billy decidió poner sus raíces y establecerse en una pequeña ciudad del interior. Allí, se dedicó a la enseñanza y se convirtió en un profesor muy querido por sus alumnos. A pesar de su vida tranquila, Billy nunca perdió su espíritu aventurero. Siempre estaba buscando nuevas formas de mantenerse activo y en forma. De hecho, uno de sus mayores hobbies era la bicicleta de montaña. Gastaba sus fines de semana en la montaña, explorando nuevos senderos y desafiando sus límites. Además, Billy era un apasionado de la música. A menudo se presentaba en bares locales con su guitarra acústica, interpretando sus canciones originales y versiones de clásicos del rock. En general, Billy parecía estar satisfecho con su vida. Tenía amigos leales, un trabajo completamente satisfactorio y una salud envidiable. Sin embargo, a veces se preguntaba si quizás había algo más allá de todo lo que había construido para sí mismo en su pequeña ciudad.