Blondi fue una perra de raza pastor alemán propiedad del líder nazi Adolf Hitler. Fue entregada a Hitler por Martin Bormann en 1941 cuando tenía dos años de edad y se convirtió en la compañera constante de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Blondi fue entrenada para ser la mascota de Hitler y también para ser un perro de guarda y defensa personal. La perra fue entrenada por su adiestrador principal, Fritz Tornow, y se sometió a rigurosos ejercicios y prácticas de entrenamiento para asegurar su capacidad para proteger a Hitler. Blondi viajó con Hitler a través de Alemania y otros países durante la guerra y se convirtió en un símbolo de la fidelidad del líder nazi. En los últimos meses de la guerra, Hitler se obsesionó cada vez más con ella, llevándola consigo a todas partes. Sin embargo, la vida de Blondi tuvo un final trágico. En abril de 1945, cuando los aliados ya estaban cerca de Berlín, Hitler decidió poner fin a la vida de Blondi. La perra fue llevada a su búnker en Berlín y allí fue asesinada con una inyección letal. Poco después, Hitler y su esposa, Eva Braun, también se quitaron la vida en el mismo búnker.