Bob Richardson fue un destacado director de fotografía en la industria cinematográfica en las décadas de 1960 y 1970. Nacido en California en 1928, Richardson comenzó su carrera en el cine trabajando en el departamento de cámara de películas como "The Night of the Hunter" y "Kiss Me Deadly". A mediados de los años 60, comenzó a trabajar como director de fotografía, lo que le llevó a colaborar con algunos de los más importantes directores de su época, como Arthur Penn, Martin Scorsese y Quentin Tarantino.
Richardson fue conocido por su uso inventivo del color y la luz, que se pueden ver en películas como "Cool Hand Luke", "The Hateful Eight" y "JFK". Ganó tres veces el premio Oscar a la mejor fotografía por su trabajo en "Who's Afraid of Virginia Woolf?", "The Sting" y "JFK".
Además de su trabajo en el cine, Richardson también tuvo una trayectoria como fotógrafo de moda y retratos. Tuvo una vida personal tumultuosa, luchando contra la adicción a las drogas y el alcohol, y murió en 2005 a la edad de 77 años en su casa en California.
Bob Richardson y Anjelica Huston tuvieron una relación amorosa que comenzó a principios de la década de 1970 y duró alrededor de 17 años. Bob Richardson era un renombrado fotógrafo y director de fotografía, mientras que Anjelica Huston es una reconocida actriz y directora de cine.
Durante su relación, Richardson y Huston trabajaron juntos en varias ocasiones, colaborando en proyectos importantes de la industria cinematográfica. Algunas de las películas en las que trabajaron juntos incluyen "Los fabulosos Baker Boys", "Los timadores" y "El hombre elefante".
Sin embargo, la relación entre Richardson y Huston no fue siempre estable y feliz. Richardson luchaba contra sus problemas de abuso de sustancias y alcoholismo, lo que a menudo tenía un impacto negativo en su relación. Además, la muerte trágica de su hijo Max en un accidente de motocicleta en 1978 empeoró aún más las dificultades entre ellos.
Finalmente, su relación terminó en la década de 1980, pero ambos siguieron trabajando juntos en proyectos de cine en los años siguientes. A pesar de las dificultades que enfrentaron en su relación, Richardson y Huston dejaron un legado significativo en la industria cinematográfica y su trabajo juntos sigue siendo admirado y apreciado hasta el día de hoy.
Bob Richardson y Angéleen Gagliano se conocieron en una cena de gala en Nueva York. Bob, siendo un renombrado fotógrafo de moda, había sido invitado a la cena como invitado de honor. Por otro lado, Angéleen, era una exitosa diseñadora de modas que había sido contratada para diseñar la vestimenta de los modelos para la sesión de fotos que Bob estaba organizando. Desde el primer momento, Bob y Angéleen sintieron una fuerte conexión entre ellos. Ambos compartían la misma pasión por la moda y las artes visuales, y rápidamente comenzaron a hablar de sus intereses y trabajos. Al final de la cena, Bob le ofreció a Angéleen trabajar juntos en una próxima sesión de fotos para la revista Vogue. Juntos, lograron crear una de las sesiones de moda más icónicas de la historia y trabajaron en proyectos exitosos en el futuro.