Bruno Barreto es un director, guionista y productor de cine brasileño nacido en Rio de Janeiro el 16 de marzo de 1955. Es el hijo del famoso productor de cine y televisión Luiz Carlos Barreto y de la también productora Lucy Barreto.
Comenzó su carrera en el cine a los diecisiete años cuando trabajó como asistente de dirección en la película "La leyenda del cóndor" de Glauber Rocha. En 1972, dirigió su primer largometraje titulado "Tati, a garota", una comedia sobre una joven que fingía estar casada para poder dormir con su novio sin sentirse culpable. La película fue un éxito en Brasil y recibió varios premios.
En 1976, Barreto dirigió "Dona Flor y sus dos maridos", basada en la novela homónima del escritor brasileño Jorge Amado. La película se convirtió en la más taquillera de la historia del cine brasileño y ganó varios premios internacionales. En 1985, dirigió "El sueño de la serpiente", una coproducción entre Brasil, España y Portugal que recibió críticas positivas y fue galardonada en el Festival de Cannes.
Entre otras obras destacadas en su filmografía se encuentran "View from the Top" (2003) y "El cameraman" (2016), ambas producidas en Estados Unidos.
Bruno Barreto es considerado uno de los directores más importantes del cine brasileño y ha sido galardonado en festivales internacionales como el de Venecia, Cannes y Berlín. Su trabajo ha sido reconocido con el premio del Círculo de Críticos de Nueva York y el Globo de Oro.
Bruno Barreto y Amy Irving tuvieron una relación sentimental durante varios años, entre los 80 y 90. Ambos se conocieron en el set de la película "A Show of Force" en 1989, en la que Irving interpretaba el papel de la reportera Kate Melendez y Barreto dirigía la película.
La relación entre ellos fue muy mediática en su momento, ya que Irving había estado casada antes con el famoso director de cine Steven Spielberg y Barreto era un conocido director de cine en Brasil.
Pese a la fama, la relación finalmente no prosperó y la pareja se separó en 1994. Sin embargo, siguieron trabajando juntos en varias películas, entre ellas "Carried Away" en 1996 y "Bossanova" en 2000.
A pesar de la separación, la pareja mantuvo una buena relación profesional y personal, y Barreto declaró en varias entrevistas que consideraba a Irving una gran amiga y colaboradora en sus proyectos cinematográficos.
Hoy en día, Bruno Barreto sigue siendo uno de los directores más reconocidos de Brasil y Amy Irving continúa trabajando en el cine y la televisión de forma esporádica.