Candice Patou es una mujer de carácter fuerte y determinación. Desde joven, se destacaba por su pasión por las artes y la creatividad, pero además mostraba un gran interés por el mundo de los negocios. Con el correr de los años, fue construyendo una carrera exitosa en el sector de la moda, en el que actualmente es reconocida como una de las más influyentes.
Sin embargo, la vida de Candice no ha sido fácil. Se ha enfrentado a numerosos obstáculos en el camino, en especial al ser una mujer en un mundo predominantemente masculino. Pero siempre ha sabido sobrevivir y superarse a sí misma, cultivando su confianza y habilidades.
Fuera de su carrera profesional, Candice es una madre dedicada y una gran amiga para quienes la conocen. Disfruta de viajar, probar nuevos sabores y buscar nuevas experiencias que la ayuden a romper con la rutina. Su objetivo siempre es disfrutar la vida al máximo y buscar la felicidad en cada momento.
Candice Patou y Robert Hossein fueron una pareja muy conocida y popular en el mundo del cine francés en la década de los 60. Se conocieron en 1958, cuando Hossein estaba buscando una actriz para su próxima película "Toi, le venin", y la eligió a ella entre muchas otras.
Desde entonces, trabajaron juntos en varias películas, como "Les scélérats" (1960), "La proie pour l'ombre" (1961), "Le jeu de la vérité" (1961), "La tulipe noire" (1964), entre otras.
Pero además de su relación profesional, Candice y Robert también se enamoraron y se casaron en 1962. Tuvieron dos hijos juntos, Julien y Igor.
Sin embargo, su matrimonio no duró mucho tiempo y en 1970 se divorciaron. A pesar de la separación, siguieron trabajando juntos en el cine y mantuvieron una buena relación. Hossein incluso dirigió a Candice en una obra de teatro en 1994, "La souricière", que tuvo mucho éxito.
Hoy en día, Candice Patou se ha retirado del mundo del cine y vive retirada de los medios de comunicación, mientras que Robert Hossein falleció en el 2020 a los 93 años de edad. A pesar del tiempo transcurrido, la relación entre Candice Patou y Robert Hossein sigue siendo recordada como una de las más emblemáticas y apasionadas del cine francés.