Carl von Saltza fue un arquitecto y urbanista alemán nacido en 1858 en Berlín. Estudió arquitectura en la Universidad Técnica de Berlín y luego viajó por Europa para ampliar sus conocimientos.
En 1887, Saltza fundó su propio estudio de arquitectura y comenzó a trabajar en proyectos en distintas ciudades de Alemania. También participó en importantes concursos de arquitectura, obteniendo numerosos premios.
En 1893, Saltza se convirtió en profesor en la Universidad Técnica de Hannover, donde enseñó hasta su retiro en 1924. Durante este tiempo, también dedicó gran parte de su carrera a planificar el desarrollo urbano de ciudades alemanas como Hannover, Braunschweig y Frankfurt.
Saltza tenía un enfoque innovador en su trabajo, creando diseños atrevidos y funcionales que se adaptaban bien a las necesidades de la época. Fue uno de los primeros arquitectos en utilizar el hormigón armado y la estructura de acero, lo que le permitió construir edificios más altos y seguros.
Entre sus obras más destacadas se encuentran la Iglesia de St. Andreas en Hildesheim, la Casa de la Música en Hannover y la Torre de Agua de Braunschweig.
Carl von Saltza murió en 1934 en Hannover, dejando tras de sí un legado importante en el mundo de la arquitectura y el urbanismo de Alemania.
En una tarde de verano, en plena selva de Madagascar, donde los árboles gigantes y las lianas eran las dueñas y señoras, Carl-von-Saltza y Mary-Loos se encontraron por casualidad mientras ambos exploraban el terreno.
Carl, un aventurero alemán de larga barba y sombrero de safari, estaba buscando una ruta para llegar a un templo perdido, mientras que Mary, una arqueóloga estadounidense experta en artefactos antiguos, estaba documentando crónicas sobre civilizaciones antiguas para un museo de Nueva York.
Los dos chocaron con sorpresa y sus ojos se encontraron en un instante. Después del choque inicial, comenzaron a hablar y se dieron cuenta de que compartían los mismos intereses y pasiones.
Entre la jungla y bajo el sol ardiente, Carl y Mary decidieron unir fuerzas para encontrar el templo perdido y descubrir allí los tesoros y las riquezas que se hallaban dentro. A partir de ese momento, su amistad se fue fortaleciendo y unidos por la aventura, emprendieron juntos muchos otros viajes y descubrimientos.