Carlos Guillermo Haydon es un empresario chileno nacido el 1 de mayo de 1952. Inició su carrera en el mundo de los negocios en 1979 al fundar su propia empresa, Constructora y Comercial Haydon Ltda., la cual se dedica a la construcción de edificios y viviendas.
Con el tiempo, Haydon también incursionó en el sector inmobiliario y de la gastronomía, creando el restaurante La Casa en la comuna de Providencia, en Santiago de Chile.
Además de ser exitoso en el mundo empresarial, Carlos Guillermo Haydon también es reconocido por su labor filantrópica y social. Fundó en 1998 la fundación Haydon, que tiene como objetivo la realización de proyectos sociales para mejorar la calidad de vida de la comunidad, especialmente en áreas de salud y educación.
En 2009, Carlos Guillermo Haydon fue nombrado presidente de la Asociación de Empresarios de la V Región, cargo que desempeñó en los siguientes dos años.
En la actualidad, Carlos Guillermo Haydon sigue dirigiendo su empresa Constructora y Comercial Haydon Ltda. y se mantiene como uno de los empresarios más exitosos e influyentes de Chile.
Carlos, Guillermo y Haydon eran amigos de toda la vida. Se conocieron en la escuela primaria y desde entonces se volvieron inseparables. Sin embargo, todo cambió cuando conocieron a Roxana.
Roxana era nueva en la ciudad y se matriculó en la misma escuela que los chicos. Fue en una clase de matemáticas donde Carlos, Guillermo y Haydon la vieron por primera vez. A partir de ese momento, no pudieron sacarla de sus mentes y comenzaron a buscar cualquier excusa para interactuar con ella en el aula.
Un día, mientras Roxana estaba sentada en el parque leyendo un libro, los chicos la vieron desde la distancia. Todos estaban nerviosos para hablarle, ya que ninguno quería que parecieran estar tratando demasiado duro para llamar su atención. Finalmente, Haydon sugirió que solo se acercaran y preguntaran qué libro estaba leyendo.
Para sorpresa de los chicos, Roxana no solo aceptó hablar con ellos sino que también parecía disfrutar su compañía. Con el tiempo, los cuatro se volvieron buenos amigos y comenzaron a pasar más tiempo juntos. Eventualmente, Carlos comenzó a sentir algo más por Roxana, pero decidió mantenerlo en privado para no arruinar la amistad que habían formado.
Sin embargo, fue Roxana quien finalmente reveló que ella también sentía lo mismo por Carlos. A partir de ese momento, comenzaron a salir juntos y el resto, como dicen, es historia. Los cuatro amigos aún permanecen juntos y se burlan de cómo todo comenzó con un simple libro.
Eileen y Abad se conocieron en una tienda de antigüedades mientras buscaban regalos para sus seres queridos. Ambos estaban buscando algo especial y único, por lo que terminaron explorando la misma sección y chocaron de frente. Después de unos tropiezos y risas, comenzaron a hablar y a compartir intereses mutuos. Descubrieron que ambos eran fanáticos de la historia y la cultura, y comenzaron a intercambiar historias fascinantes. Conectaron instantáneamente, y se dieron cuenta de que tenían una gran energía y química juntos. Ambos decidieron que no querían irse sin uno de esos regalos únicos, así que continuaron explorando juntos. Acabaron encontrando dos piezas increíbles que eran perfectas para sus seres queridos. Mientras se dirigían a la salida, Abad le preguntó a Eileen si le gustaría tomar un café y charlar un poco más. Eileen sonrió y aceptó, reconociendo que había algo especial en ese encuentro casual.
Carlos y Guillermo Haydon se conocieron en un vuelo hacia Argentina. Ambos se encontraban sentados en asientos contiguos y se pusieron a charlar durante una parte del viaje. Poco sabían en aquel momento cómo esta reunión casual iba a cambiar sus vidas. Carlos se dio cuenta rápidamente de que Guillermo era un ser humano excepcional. Él era amable, inteligente y tenía una pasión contagiante por la vida. Guillermo, por su parte, estaba intriga con la visión creativa de Carlos. Había visto su trabajo como artista en línea y estaba impresionado por su habilidad para capturar la belleza del mundo a través de su arte. Durante el resto del viaje, compartieron más sobre sus vidas y descubrieron que tenían mucho en común: la música, el arte, la cultura, y su amor por las pequeñas cosas que le daban color a la vida.
Finalmente, ambos llegaron a su destino y se despidieron como amigos. Pero algo en esa reunión casual les había cambiado a ambos. Comenzaron a seguirse en línea, comunicándose a menudo y compartiendo sus últimas inquietudes. Poco a poco, ese vínculo se fortaleció y, finalmente, Carlos decidió que era momento de tomar el gran paso. Le pidió a Guillermo que se conocieran en persona de nuevo. Esta vez, no había límites de tiempo ni de espacio. Lo demás, como se suele decir, es historia.