Carlyle Robinson se encontraba en un momento de su vida en el que sentía la necesidad de un cambio. Había estado trabajando en una empresa de marketing durante varios años, y aunque el trabajo era estable y bien remunerado, no estaba satisfecho. Llevaba una vida rutinaria y aburrida que le dejaba poco tiempo libre para sus aficiones y para disfrutar de su familia. Por eso, decidió dejarlo todo y emprender un nuevo proyecto. Había estado estudiando una nueva forma de marketing, más enfocada en el uso de las redes sociales y el marketing digital, y quería poner en práctica sus conocimientos. Así que fundó su propia empresa de marketing digital, dedicada a ayudar a pequeñas y medianas empresas a expandir su presencia en línea. La nueva empresa fue todo un éxito. Carlyle se convirtió en un líder en el mundo del marketing digital y su empresa creció rápidamente. Pero lo mejor de todo fue que por fin encontró la satisfacción que había estado buscando. Había descubierto su verdadera pasión y estaba viviendo su vida al máximo.