Carol Moberg fue una psicóloga y escritora estadounidense nacida en 1943. Creció en una familia conservadora y religiosa en el estado de Minnesota.
Después de graduarse de la universidad, se interesó en la psicología y obtuvo una maestría en el área de psicología clínica en la Universidad de Minnesota. También completó un doctorado en psicología educativa en la Universidad de Harvard.
Moberg pasó gran parte de su carrera trabajando como profesora de psicología en varias universidades, incluyendo la Universidad de Minnesota, la Universidad Estatal de Tennessee y la Universidad Estatal de California en Sacramento.
En su trabajo de investigación, Moberg se enfocó en el estudio de la religión y la espiritualidad y cómo estas influencias afectan a la salud mental y emocional de los individuos. También escribió varios libros sobre este tema, incluyendo "The Greatness Guide: Powerful Secrets for Getting to World Class" y "Discovering the Spiritual Side of Success: Insights from Christian Leaders Who Have Been There."
Además de su trabajo académico, Moberg fue muy activa en su iglesia y trabajó en la junta directiva de varias organizaciones cristianas sin fines de lucro.
Carol Moberg falleció en el año 2014 a la edad de 71 años debido a complicaciones después de una cirugía cardíaca. Su trabajo sigue siendo relevante y utilizado en la actualidad en la investigación en áreas de psicología y religión.
Un día de verano, Carol-Moberg y Robert-Leeds se encontraron en una pequeña librería en el centro de la ciudad. Carol estaba buscando un libro de poesía y Robert estaba echando un vistazo a los libros de historia.
De repente, sus manos se tocaron mientras alcanzaban el mismo libro. Se miraron a los ojos y sintieron algo extraño. Carol sonrió tímidamente y se disculpó por interrumpir a Robert. Él, en cambio, le dijo que no era un problema y empezaron a hablar sobre sus gustos literarios y sus vidas.
Después de un rato, el dueño de la librería les preguntó si necesitaban ayuda para encontrar algún libro en particular. Carol y Robert sonrieron y dijeron que no, pero al mismo tiempo se dieron cuenta de que querían continuar hablando.
Así que, decidieron hacer una pequeña sesión de lectura juntos en la cafetería de la librería y intercambiaron sus opiniones sobre los libros que habían leído. Desde entonces, se hicieron amigos y amantes de la literatura y pasaron muchas tardes juntos en la misma librería donde se conocieron, disfrutando de los libros y la compañía del otro.