Cathleen Lyons

Cathleen Lyons nunca había sido una persona fácil de descifrar. Cualquiera que intentara conocerla, se encontraba con un muro. Pero detrás de ese muro había una intensidad en su mirada que hablaba más que cualquier palabra pronunciada. Había una aglomeración de sabiduría en ella que sólo aquellos que tuvieran el honor de conocerla en profundidad podrían descubrir. Cathleen había viajado por el mundo, había explorado lugares que muchos sólo podrían soñar. Había trabajado en varias industrias y había creado una vida sólida para sí misma. Pero ella también era una persona reflexiva y cuidadosa. A menudo, podía pasar horas en silencio, simplemente contemplando el mundo a su alrededor. La gente a menudo trataba de meterla en una caja, etiquetarla con algún rasgo de personalidad, pero ella siempre lograba deslizarse fuera de ella. Cathleen no era algo que podría ser definido por un solo rasgo o cualidad. Era una mezcla de todo lo que ella había experimentado y todo lo que ella había aprendido a lo largo del camino. En resumen, Cathleen Lyons era mucho más que una simple mujer. Ella era una historia en sí misma.