Charles Clore (1904-1979) nació en Inglaterra en una familia judía de origen español. A los 14 años, se dedicó a vender ropa en el mercado en Londres y poco después comenzó a trabajar en la empresa de su tío en el Área Metropolitana de Londres.
Clore se involucró en la industria textil y se convirtió en uno de los principales propietarios de tiendas de ropa en Inglaterra. También invirtió en propiedades, incluyendo hoteles y centros comerciales en todo el mundo.
En 1954, se unió a la junta directiva de la tienda por departamentos Selfridges y luego compró la compañía en 1965. Se convirtió en un magnate de los bienes raíces y su fortuna lo situó en el décimo lugar en la lista de los británicos más ricos en 1976.
Además, Clore fue un filántropo destacado y apoyó a varias organizaciones benéficas, incluida la Real Ópera de Londres y la National Gallery.
Falleció en 1979 y su legado se ha mantenido a través de la Fundación Charles Clore, que se dedica a la caridad y el desarrollo cultural.
Charles Clore y Christine Keeler tuvieron una relación amorosa entre 1961 y 1963.
Clore era un multimillonario británico y propietario de grandes almacenes. Conoció a Keeler, una modelo y bailarina, a través de su amigo Stephen Ward, un osteópata y supuesto proxeneta que presentaba a mujeres jóvenes a hombres ricos y poderosos.
Keeler también tuvo una relación con el agregado naval soviético, Yevgeny Ivanov, lo que causó controversia porque se temía que pudiera estar revelando información a los soviéticos.
La relación entre Clore y Keeler terminó poco después de que se conociera su vinculación con el escándalo Profumo, en el que Keeler estuvo involucrada debido a su relación con Ward y un ministro del gobierno británico, John Profumo. Clore negó haber tenido conocimiento de la situación de Keeler.
El escándalo Profumo causó una gran conmoción en la sociedad británica y llevó a la renuncia del gobierno de Harold Macmillan en 1963. La relación entre Clore y Keeler ha sido objeto de gran interés en libros y películas que recrean este oscuro episodio de la historia británica.