Charles de Ligne, también conocido como Carlos de Ligne, nació en Bruselas, Bélgica, en 1935, y falleció en 2005. Fue un noble belga, el 11º príncipe de Ligne y duque de Arenberg.
En su juventud, Charles estudió en diversos internados de Europa, entre ellos en Inglaterra, Francia y Suiza. Tras graduarse, se unió al ejército belga y fue enviado a la República Democrática del Congo en 1960, donde participó en misiones de paz.
Posteriormente, Charles se dedicó a la escritura y la defensa del patrimonio cultural belga. Escribió varias obras, entre ellas una biografía de su antepasado Antoine de Ligne, fundador de la ciudad belga de Ath. También fue presidente de la Fundación Roi Baudouin y de la Fundación Charles Plisnier, que se dedica a promocionar la literatura belga en el extranjero.
Charles de Ligne se casó en tres ocasiones y tuvo cinco hijos. En 2005, falleció en su residencia en Beloeil, Bélgica, a los 69 años. Fue enterrado en la iglesia colegiata de Beloeil, propiedad de su familia.
Charles de Ligne era un noble belga que se hizo amigo cercano de la actriz francesa Sarah Bernhardt a finales del siglo XIX. Se conocieron en París y rápidamente comenzaron una amistad que duraría décadas.
Charles era un hombre muy interesante e intelectualmente curioso, lo que impresionó mucho a Sarah. Él era un famoso escritor y poeta, y también era conocido por su habilidad para organizar eventos sociales elegantes y entretenidos.
Sarah, por su parte, estaba en la cima de su carrera como actriz y era considerada una de las mujeres más hermosas y talentosas de su época. Era conocida por su estilo de vida poco convencional, su libertad sexual y su deseo de vivir la vida al máximo.
A pesar de sus diferencias, Charles y Sarah compartían una pasión por la cultura y el arte, y pasaban muchas tardes juntos discutiendo sobre temas literarios y artísticos. Además, Charles se convirtió en un gran apoyo para Sarah en momentos difíciles de su vida, como cuando sufrió una lesión en el escenario que la dejó incapacitada durante varios meses.
Su amistad duró hasta la muerte de Sarah en 1923. Charles le sobrevivió por varios años más, pero nunca olvidó a su amiga querida. De hecho, en su testamento, dejó instrucciones para que se le enterrara junto a una foto de Sarah Bernhardt.