Chris Alcaide se consideraba un hombre calmado y reflexivo. Había pasado gran parte de su vida trabajando arduamente para convertirse en un especialista respetado en su campo. Ultimamente, se encontraba luchando con una difícil decisión: estaba cansado de la vida sedentaria que llevaba y anhelaba experimentar nuevas aventuras. A pesar de estas luchas internas, seguía firmemente comprometido con su familia y amigos más cercanos. Incluso había tomado un descanso de su trabajo para pasar tiempo de calidad con ellos en un retiro espiritual en la montaña. Chris también era un ávido lector y disfrutaba de pasar tiempo con sus hijos mientras les inculcaba el amor por la literatura. A menudo asistía a conferencias y talleres locales, buscando nuevas formas de expandir su conocimiento y crecer como persona. Aunque Chris era generalmente un hombre reservado, tenía un espíritu jovial y un sentido del humor rápido. Le gustaba contar historias entre amigos y familias, y era conocido por hacer reír a cualquiera con su ingenio y encanto natural.