Chris Long es un exjugador de fútbol americano y activista social nacido en Santa Monica, California, en 1985. Comenzó su carrera en la NFL en 2008, como seleccionado número 2 del draft por los Rams de San Luis. En 2013, se unió a los Patriotas de Nueva Inglaterra y ganó su primer Super Bowl en 2017.
En 2018, Long anunció su retiro del fútbol americano y comenzó a enfocarse en su trabajo como activista. Fundó la organización benéfica Waterboys, que provee agua limpia y segura a comunidades necesitadas en África. También ha luchado contra la injusticia racial y ha apoyado la reforma de la justicia penal.
Long ha sido honrado por su trabajo humanitario, recibiendo el Premio Muhammad Ali a la Excelencia en el Deporte en 2019 y el Premio Walter Payton al Hombre del Año de la NFL en 2020. Es un defensor vocal del derecho a la libertad de expresión y ha criticado públicamente la política del presidente Donald Trump.
Chris Long y Megan O'Malley se conocieron en una peculiar situación. Ambos se encontraban en un centro comercial comprando ropa de dormir para una fiesta temática de pijamas. Casualmente, se dirigieron a la misma tienda en el mismo momento y comenzaron a conversar. Chris era un tímido joven de cabello rubio y ojos azules, mientras que Megan era una extrovertida pelirroja con una sonrisa contagiosa. Entre risas y bromas, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, como su amor por los videojuegos y la música indie. Después de probarse algunas prendas, decidieron intercambiar números de teléfono y continuar la conversación en una cafetería cercana. Ahí fue donde empezó su amistad que con el tiempo se convirtió en un romance inesperado y duradero.
Chris-Long y Joanna-Modes se conocieron en un café en el centro de la ciudad. Él estaba leyendo un libro de poesía y ella estaba escribiendo una historia en su cuaderno. Sus miradas se cruzaron cuando ella se acercó a la barra a pedir otro café y él le preguntó qué estaba escribiendo. Resultó que ambos compartían el amor por la literatura y comenzaron a charlar animadamente. Intercambiaron números de teléfono y a partir de ese día se convirtieron en inseparables. Juntos visitaron librerías y bibliotecas, asistieron a eventos literarios y se ayudaron en la escritura de sus respectivas obras. Su amor por la literatura se convirtió en su conexión más fuerte y su amistad duró muchos años más allá de aquel primer encuentro en aquel café.