Clarence Attix es un hombre con un gran carisma y perseverancia. Desde joven mostró su interés en el deporte y la actividad física, lo que lo llevó a ser un atleta destacado en su juventud. Sin embargo, su verdadera pasión siempre fue la música y el canto, lo que lo llevó a dedicar gran parte de su tiempo libre a practicar y mejorar su voz.
Años más tarde, Clarence decidió perseguir su sueño musical y comenzó a cantar en pequeños bares y clubes locales. Poco a poco fue ganando experiencia y popularidad en la escena musical y logró grabar su primer álbum.
A pesar de los altibajos en su carrera, Clarence nunca perdió su motivación y siempre se concentró en seguir su sueño. Hoy en día es reconocido como uno de los mejores cantantes de soul y blues de su generación y sigue deleitando a su audiencia con su potente y emotiva voz en cada presentación que hace.
Un día soleado, Clarence caminaba por el parque cuando se tropezó con una raíz de árbol. Susan, que estaba sentada cerca, corrió a ayudarlo.
"¿Estás bien?" preguntó Susan con preocupación.
"Estoy bien, gracias", respondió Clarence con una sonrisa.
Susan notó su acento y le preguntó de dónde era.
"Vengo de Inglaterra", dijo Clarence.
Susan también era una viajera y les encantaba hablar sobre sus aventuras. Compartieron historias hasta que empezó a oscurecer.
"Debería irme", dijo Clarence, "ha sido agradable hablar contigo."
"Sí, deberías", respondió Susan, "pero puedo darte mi número por si quieres tener alguien con quien hablar si te sientes solo en un país extranjero."
Clarence aceptó y los dos intercambiaron números. Pronto se convertirían en los mejores amigos y tendrían muchas aventuras juntos.