Clementina Walkinshaw fue la amante del príncipe Carlos Eduardo Estuardo, también conocido como "Bonnie Prince Charlie", quien era pretendiente al trono de Inglaterra y Escocia en el siglo XVIII. Clementina fue una joven escocesa que conoció a Carlos Eduardo en 1752, cuando él se encontraba en exilio en Francia. Poco después, comenzó una relación amorosa entre ellos que duró varios años. En 1754, Clementina dio a luz a una hija ilegítima del príncipe, a quien llamaron Carlota. Sin embargo, la relación entre Clementina y Carlos Eduardo comenzó a deteriorarse y ella decidió separarse de él y llevar a su hija con ella. Clementina se estableció en Francia, donde luchó por la custodia de su hija y recibió ayuda económica del príncipe. Sin embargo, su situación financiera empeoró y eventualmente tuvo que vender la mayor parte de sus posesiones para subsistir. A mediados de la década de 1760, la salud de Clementina comenzó a deteriorarse y ella se mudó a Edimburgo, donde falleció en 1802 a los 67 años. Su hija, Carlota, murió unos años antes a la edad de 32 años. La relación entre Clementina y Carlos Eduardo ha sido objeto de controversia y debate entre historiadores y biógrafos, quienes difieren en sus opiniones sobre si su relación fue verdaderamente amorosa o si Clementina estaba siendo explotada por el príncipe.