Damien Van Zyl es un empresario exitoso que ha construido su emporio a través de años de arduo trabajo y dedicación. Siempre ha sido un hombre muy ambicioso y ha sabido aprovechar cada oportunidad que se le ha presentado. Su vida amorosa siempre ha sido compleja, ya que sacrifica sus relaciones por el trabajo. Actualmente, está enfocado en expandir su negocio a nivel internacional y no tiene tiempo para las distracciones que le brinda la ciudad. A pesar de ser conocido como un hombre frío y calculador en el mundo de los negocios, sus amigos y familiares saben que en realidad es un hombre cariñoso y celoso de su privacidad. A menudo se encuentra pensando en el futuro, pero trata de no perder de vista el presente, disfrutando cada día con las personas que verdaderamente le importan. Para él, el éxito no solo significa tener dinero, sino también el tiempo suficiente para disfrutar la vida y hacer lo que realmente le apasiona.
Un día soleado, Damien-Van-Zyl caminaba por las calles de Londres disfrutando de su café matutino cuando repentinamente chocó con alguien. Al levantarse, se percató de que se trataba de Elizabeth-Jagger, quien también llevaba su café en la mano y una sonrisa en el rostro.
Ambos se disculparon y comenzaron una corta pero amena conversación. Descubrieron que compartían intereses en común y decidieron intercambiar sus números telefónicos para poder seguir en contacto.
Fue así como comenzó su amistad, y poco a poco se fueron conociendo cada vez más, compartiendo momentos y fomentando una relación cada vez más cercana y especial. Hasta el día de hoy siguen siendo grandes amigos y disfrutan de su compañía mutua.