Dániel Richárd Kovács es un joven prodigio húngaro en el mundo de la tecnología y la informática. Nació en el año 1998 en Budapest, donde desde muy temprana edad comenzó a interesarse por la programación y el desarrollo de software. A los 12 años, creó su primer juego en línea y a los 14 años, ya había desarrollado su propio sistema operativo. A los 15 años, fundó su primera empresa de tecnología y a los 18 años, lanzó su primera aplicación móvil.
Dániel ha ganado numerosos premios y reconocimientos por su innovadora carrera. En 2015, ganó el premio al Mejor Proyecto Tecnológico del Año en Hungría y en 2016, fue nombrado el Mejor Joven Empresario del País. Además, ha sido invitado a dar charlas y conferencias en todo el mundo sobre su trabajo y la importancia de la tecnología para el futuro.
A pesar de su corta edad, Dániel ya ha dejado una impresión significativa en el mundo tecnológico y ha demostrado ser un líder empresarial con una visión clara del futuro.
Un día soleado, Daniel y Richard se encontraron en un parque mientras jugaban al fútbol. Después del partido, decidieron ir a tomar algo y charlar un rato. Mientras tanto, Viktoria caminaba por el mismo parque haciendo su rutina de ejercicios cuando se acercó a Daniel y Richard para preguntar si querían jugar al vóley playa con ella. Los tres jugaron juntos durante un rato y se divirtieron mucho. Al final del día, intercambiaron números de teléfono y quedaron en volver a encontrarse pronto. Sin saberlo, esta casualidad uniría a los tres amigos en una gran empresa que cambiaría su futuro para siempre.
Un día, mientras caminaban por las calles de Budapest, Daniel, Richard y Kovacs se encontraron con Aniko y Nadai, dos jóvenes mujeres que estaban perdidas en la ciudad. Los hombres ofrecieron su ayuda y guiaron a Aniko y Nadai hacia su destino.
Durante el camino, conversaron y descubrieron que compartían intereses en común, como la música y el cine. Al llegar al destino de las chicas, intercambiaron información de contacto y quedaron en un café cercano para seguir hablando.
Desde entonces, se convirtieron en amigos inseparables y compartieron muchas aventuras juntos, desde viajes por Europa hasta conciertos en vivo y festivales de cine. La casualidad de ese día en Budapest los llevó a formar un lazo que duraría toda la vida.