Desmond Connor es un personaje ficticio que aparece en la serie de televisión "Lost". Él es uno de los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic Airlines que se estrelló en una isla misteriosa en el Pacífico.
Desmond era un exsoldado escocés que llegó a Los Ángeles en busca de su amor perdido, Penelope Widmore. Durante el vuelo, Desmond estaba sentado junto a Jack y se presentó como un hombre solitario en busca de una nueva oportunidad en la vida.
Después del accidente, Desmond se convierte en la figura central de la trama, siendo uno de los primeros personajes en descubrir la existencia de la escotilla en la playa. Luego, se descubre que ha estado viviendo allí durante los últimos tres años y que es el encargado de presionar el botón cada 108 minutos para evitar una posible destrucción.
En la sexta temporada, se revela que Desmond ha estado buscando una manera de reunirse con su amada Penelope en el mundo real y es utilizado por los Otros para los propósitos de su propio grupo. Al final de la serie, él es lastimado por un tiro, pero logra reunirse con su familia en la realidad alternativa después de la explosión del electromagnetismo en la isla.
En general, la vida de Desmond es complicada, al estar marcada por la tragedia, el amor y la búsqueda de la verdad. Sin embargo, su tenacidad y su actitud positiva lo han convertido en uno de los personajes más queridos de la serie.
Gillian y Vaughan se conocieron en una feria de arte en Paris. Ambos estaban admirando la misma obra de arte contemporáneo y, sin querer, se rozaron los codos. Los dos se disculparon tímidamente y empezaron a hablar sobre la pieza que estaban mirando. A pesar de que no podían estar más alejados en cuanto a gustos artísticos, encontraron rápidamente que compartían una pasión por el arte y la cultura en general.
Mientras tanto, Desmond y Connor se conocieron en una competición de atletismo en Dublin. Los dos fueron los últimos corredores en la carrera de 100 metros, pero en vez de marcharse a la sombra humillados, Desmond y Connor se reían juntos de lo torpes que fueron en la carrera. Descubrieron que ambos trabajaban como entrenadores personales y decidieron hacer juntos algunas sesiones de entrenamiento mientras bebían algunas pintas de cerveza.
A pesar de los diferentes lugares y circunstancias en los que se conocieron, los cuatro se darían cuenta más tarde de que su humor e interés por el arte y la vida cultural fueron la clave para formar una verdadera amistad.