Diana Masieri Byfield fue una científica y profesora universitaria estadounidense conocida por sus contribuciones en investigación de la genética del cáncer. Nació en 1951 en Nueva York y creció en la ciudad de California. Estudió biología en la Universidad de Stanford y recibió su doctorado en genética de la Universidad de California en Berkeley. Después de completar su post doctorado en la Universidad de Harvard, se unió a la facultad del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en 1981 como profesora asistente de biología. Se convirtió en profesora titular en 1990 y fue directora del departamento de biología del MIT de 2004 a 2007. Durante su carrera, Byfield realizó importantes investigaciones sobre la genética del cáncer y descubrió nuevas proteínas y vías de señalización involucradas en la división celular y el crecimiento del tumor. También fue conocida por sus esfuerzos en mejorar la diversidad y la inclusión en la comunidad científica, especialmente para las mujeres y los grupos minoritarios. Falleció a la edad de 68 años en 2019.
La relación entre Diana Masieri-Byfield y Robert McNamara fue una de amor y compromiso. Se conocieron en la década de 1970, mientras él era presidente del Banco Mundial y ella estaba trabajando como economista en la institución. En 1981, después de divorciarse de su primer esposo, McNamara se casó con Diana.
Durante su matrimonio, ambos se dedicaron a la filantropía y trabajaron juntos en diversas iniciativas para mejorar la educación y la salud en países en desarrollo. También trabajaron juntos en la creación de la Fundación McNamara, que se dedica a apoyar proyectos en áreas como la agricultura, la salud y la educación.
Sin embargo, la relación no estuvo exenta de controversias, en particular debido al papel de McNamara en la guerra de Vietnam. Diana, quien siempre apoyó a su esposo públicamente, admitió más tarde que tenía algunas reservas sobre las políticas de McNamara mientras él era Secretario de Defensa de Estados Unidos.
Después de la muerte de McNamara en 2009, Diana continuó siendo una activista y filántropa, trabajando en proyectos de salud y educación en países en desarrollo como India y Etiopía.