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Donald F. Taylor

Donald F. Taylor

Donald F. Taylor nació en 1924 en Minnesota, Estados Unidos. Durante sus estudios universitarios, se unió a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y sirvió en la Segunda Guerra Mundial como piloto. Después de la guerra, regresó a la Universidad de Minnesota y completó su licenciatura en Física.

En 1955, se unió a la Universidad de Rochester como profesor asistente de Física. En 1961, se convirtió en profesor titular y en 1963 fue nombrado director del Laboratorio de Investigación de Materiales de la universidad. Durante su mandato, el laboratorio se convirtió en uno de los principales centros de investigación de materiales en los Estados Unidos.

En 1974, Taylor se convirtió en vicepresidente ejecutivo de la Universidad de Rochester y, en 1982, fue nombrado presidente de la universidad. Durante su mandato, llevó a cabo importantes reestructuraciones y mejoras en la universidad, incluyendo la construcción de un nuevo hospital y la creación de varios programas de postgrado.

Donald F. Taylor fue un importante científico y educador, y fue reconocido por su trabajo en la investigación de materiales y por su liderazgo en la educación superior. Murió en 1999.

Relaciones amorosas

Marie McDonald

Marie McDonald

Esposa de Donald F. Taylor

1963 - 1965

Donald F. Taylor y Marie McDonald se conocieron en una pequeña tienda de libros en el centro de la ciudad de Nueva York. Ambos estaban buscando un libro sobre historia de la arquitectura y se encontraron en la misma sección de la tienda. Como no había suficientes copias del libro que buscaban, comenzaron a hablar sobre sus intereses compartidos y descubrieron que tenían mucho en común.

Después de intercambiar historias y conversar por un tiempo, Donald le pidió a Marie si le gustaría tomar un café juntos. Ella aceptó entusiasmada, y pasaron varias horas hablando de libros, arte y diseño.

Desde ese día, Donald y Marie se convirtieron en inseparables amigos. Juntos visitaban museos, galerías de arte y asistían a eventos culturales en la ciudad. Aunque nunca se convirtieron en pareja, siempre recordarían su primer encuentro en aquella pequeña tienda de libros que los unió para siempre.