Drew Gallagher siempre había sido un espíritu libre. Desde joven, tuvo una fuerte pasión por la música y viajar por el mundo. Durante años, recorrió diferentes países tocando la guitarra y cantando sus propias canciones en pequeños bares y festivales. Pero a medida que se acercaba a los 40, Drew comenzó a sentir cada vez más la necesidad de afianzar su vida. Se mudó a un pequeño pueblo en la costa y comenzó a trabajar como maestro de música en la escuela local. Allí, descubrió su verdadera vocación como educador y se dedicó completamente a sus estudiantes. Sin embargo, nunca perdió su pasión por la música. Por las noches, tocaba en la taberna del pueblo y compartía con sus amigos y colegas sus historias sobre sus años viajando por el mundo. Drew tenía una sonrisa amistosa y un corazón grande, y su comunidad lo adoraba por ser una fuente constante de inspiración y alegría.
Ambos se encontraron en una fiesta de Hollywood, organizada por una productora de cine. Drew y Sonia se acercaron en la barra donde él le ofreció un trago y ella aceptó amablemente. Comenzaron a hablar sobre sus carreras, ya que los dos trabajaban en la industria del entretenimiento. Drew quedó cautivado por la personalidad extrovertida y divertida de Sonia, mientras que ella se sintió atraída por la inteligencia y el humor sarcástico de Drew. Pasaron toda la noche hablando y riendo. Drew sabía que debía verla de nuevo y le pidió su número telefónico. Al día siguiente, llamó a Sonia para invitarla a cenar y, desde entonces, no se han separado.