Elizabeth Greeley fue una mujer estadounidense nacida en 1837 en una granja cerca de la ciudad de Gallatin, Missouri. De joven, trabajó como empleada doméstica en diversas casas y fue miembro activo de la Iglesia Católica.
Más tarde, se mudó a la ciudad de Perry, Iowa y comenzó a trabajar en una fábrica. Allí sufrió un grave accidente que le dejó una lesión en el rostro, algo que la llevaría a ser conocida como la Santa de la Cicatriz.
Durante su vida, Elizabeth dedicó su tiempo y energía a ayudar a los necesitados, visitando a enfermos y ancianos, devolviendo objetos extraviados y brindando consuelo a quienes lo necesitaban.
Ella se convirtió en una figura muy querida en la ciudad y muchas personas acudían a ella en busca de consejos y oraciones. Elizabeth murió en 1918 como resultado de una enfermedad, pero su legado de amor y bondad perduró en la comunidad.
En 2017, el Papa Francisco aprobó su beatificación y se le otorgó el título de Venerable, un importante paso hacia la posible canonización como santa de la Iglesia Católica.
Elizabeth Jane Cochran, conocida bajo el seudónimo de Nellie Bly, y Francis Davis Millet eran dos periodistas estadounidenses que tenían una relación profesional y personal. Millet fue uno de los primeros artistas en reconocer el talento periodístico de Bly y la animó a escribir sobre temas de importancia social.
Bly y Millet se conocieron mientras trabajaban en el New York World en la década de 1880. Millet era un artista y un escritor que había viajado por todo el mundo y había cubierto historias importantes para periódicos de renombre. Bly, por su parte, había saltado a la fama por sus reportajes de investigación en torno a las condiciones en los asilos psiquiátricos y las plantas textiles.
Los dos periodistas compartían una afinidad por las historias con un impacto social significativo. Bly escribió sobre temas como la trata de mujeres y las condiciones de los trabajadores en las minas, mientras que Millet se dedicó a la documentación de la vida de las personas pobres.
Bly y Millet también compartieron una relación amorosa. Se conocieron en abril de 1889 y comenzaron una relación que duró varios años. La pareja viajó juntos extensamente, cubriendo historias y explorando el mundo, y se destacaron como una de las parejas más sorprendentes del mundo periodístico.
Tristemente, en abril de 1912, Millet murió a bordo del Titanic mientras volvía a casa de una estancia en Europa. La muerte de Millet fue una gran pérdida para la comunidad periodística y para Bly, quien estaba devastada por la pérdida de su compañero de vida y de trabajo. La muerte de Millet también se sumó a la lista de tragedias de la vida de Bly, quien ya había sufrido la pérdida de su madre, su hermano y su esposo.