Elizabeth Starr nació el 18 de febrero de 1972. A los 13 años, comenzó a desarrollar una enfermedad llamada gigantomastia, en la que los senos crecen de manera exagerada.
A los 18 años, Elizabeth se sometió a una cirugía para reducir el tamaño de sus senos, sin embargo, la operación tuvo complicaciones y su capacidad respiratoria se vio gravemente afectada.
En 1999, Liz participó en un programa de televisión que la ayudó a recaudar fondos para una cirugía para reducir sus senos. Sin embargo, al año siguiente, se sometió a otra cirugía para aumentar su tamaño a través de la inyección de líquido salino.
A lo largo de los años, Elizabeth continuó sometiéndose a cirugías de aumento y reducción de senos, lo que resultó en problemas de salud y dolor crónico.
En 2013, se retiró del mundo del entretenimiento para buscar tratamiento médico y una vida más saludable. Actualmente, vive en Texas y es embajadora de una organización que ofrece apoyo a personas con gigantomastia.
Elizabeth Starr y Tommy Gunn nacieron ambos en los años 70 y son conocidos en la industria del cine para adultos. Aparecieron juntos en varias películas, incluyendo "MILF Bone 3" y "Dirty Rotten Mother Fuckers 2". En 2003, después de trabajar juntos en varias películas, Elizabeth Starr fue diagnosticada con un problema médico en el que se le había implantado involuntariamente silicona líquida en los pechos, lo que causó problemas de salud importantes. Tommy Gunn fue uno de los pocos miembros de la industria en apoyar públicamente a Starr durante su lucha médica. A pesar de los problemas de salud de Starr, Gunn continuó trabajando en la industria del cine para adultos y ha ganado varios premios, incluido el premio al mejor actor en la avn awards de 2010. No hay información disponible públicamente sobre una relación romántica o de otra índole entre Starr y Gunn fuera de su trabajo juntos en películas.
Una tarde soleada en el centro de Los Ángeles, Elizabeth-Starr paseaba por las calles en busca de una tienda de música vintage. De repente, sintió una mano en su hombro y al voltearse, se encontró con Tiffany-Towers, quien le preguntó si estaba buscando algo en particular. Sin dudarlo, ambas comenzaron a hablar y descubrieron que compartían pasión por la música y el arte. Desde ese día, Elizabeth y Tiffany se convirtieron en inseparables amigas y cómplices en sus aventuras. Juntas, descubrieron nuevos bares de música en vivo, galerías de arte underground y compartieron momentos divertidos en los parques de la ciudad. Su amistad floreció en una conexión mágica que duraría para siempre.