Ellen Axson Wilson nació en Savannah, Georgia, en 1860. Era la hija mayor de un influyente abogado y político. Dio sus primeros pasos en el mundo del arte y la educación desde temprana edad, recibiendo clases de dibujo y música. Estudió en la escuela de arte de Nueva York y en la Academia de Artes de Pensilvania.
En 1883, se casó con Woodrow Wilson, quien más tarde se convertiría en presidente de los Estados Unidos. Juntos tuvieron tres hijas. Como primera dama de los Estados Unidos, Ellen fue muy activa en la promoción del arte y la cultura, así como en la mejora de las condiciones de vida de las mujeres y los niños.
Ellen sufrió de enfermedad durante gran parte de su vida, lo que la llevó a retirarse de la vida pública en 1914. Desafortunadamente, murió poco después, en agosto de ese mismo año, a los 54 años, víctima de una nefritis. Ella fue una mujer muy amada por su esposo y por toda la nación, y su memoria continúa siendo venerada. En 1918, un asteroide fue nombrado en su honor: el 69230 Ellenwilson.
Ellen Axson Wilson fue la primera esposa de Woodrow Wilson, el vigésimo octavo presidente de los Estados Unidos. Se conocieron mientras ella estudiaba arte en la Academia de Arte de Nueva York y él era profesor de historia. Se casaron en 1885 y tuvieron tres hijas juntos: Margaret, Jessie y Eleanor.
Ellen Wilson fue una defensora de las artes y la cultura, y promovió la construcción de la Casa Blanca como centro cultural para la nación. También trabajó para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del gobierno y luchó por los derechos de las mujeres y los niños.
Desafortunadamente, su matrimonio con Woodrow Wilson fue corto debido a su muerte en 1914, causada por una enfermedad renal. Woodrow Wilson, devastado por su pérdida, se dedicó en cuerpo y alma a la Primera Guerra Mundial, que estalló poco después de su fallecimiento.
Ellen Axson Wilson sigue siendo recordada por su dedicación a las artes y la cultura. También es reconocida por su contribución a la lucha por la mejora de la vida de las mujeres y los niños. Su corta vida tuvo un efecto duradero en el legado de su esposo, el presidente Woodrow Wilson, y en la historia de los Estados Unidos.