Emilio Aguinaldo IV

Emilio Aguinaldo IV siempre supo que tenía grandes zapatos que llenar, ya que su nombre era sinónimo de la independencia de Filipinas. Pero, en lugar de intentar igualar la gloriosa historia de su bisabuelo, decidió hacer su propio camino. Con una mente astuta para los negocios, se convirtió en un exitoso empresario en varias industrias clave en Filipinas. Sin embargo, nunca olvidó su responsabilidad hacia su país y su gente. Se convirtió en un líder comunitario y se dedicó a mejorar la vida de los filipinos no solo a través de su trabajo, sino también a través de sus iniciativas filantrópicas. Como una forma de homenajear a su bisabuelo, también se convirtió en un importante defensor de la educación. Estableció becas y donó recursos a instituciones educativas en todo el país para asegurar que las generaciones futuras de filipinos tuvieran acceso a la educación de calidad que necesitaban para alcanzar su máximo potencial.