Enrique Alvarez fue un reconocido escritor, historiador y diplomático colombiano nacido en 1895 en Santa Fe de Bogotá. Fue hijo del destacado político y escritor Eduardo Santos.
Desde joven mostró interés por la literatura y la historia, lo que lo llevó a estudiar derecho y ciencias políticas en la Universidad Nacional de Colombia. Durante su carrera universitaria, fundó junto a otros jóvenes intelectuales la revista "Eco", que se convirtió en un importante medio para la difusión de las ideas liberales.
En su carrera como diplomático, Alvarez representó a Colombia en la Sociedad de Naciones y en la Organización de las Naciones Unidas. También fue embajador ante el gobierno de Estados Unidos.
Como historiador, Alvarez es especialmente conocido por su obra "La toma de Bogotá por los patriotas", en la cual narra los hechos del 20 de julio de 1810, cuando se inició el proceso de independencia de Colombia. También escribió varios libros sobre la vida y obra de su padre, Eduardo Santos.
Además de su trabajo como escritor y diplomático, Alvarez también se destacó por su activismo en la defensa de los derechos civiles y políticos en Colombia. Falleció en 1988, a los 93 años de edad.
Enrique Álvarez y María Félix fueron pareja durante varios años y se consideraron una de las parejas más icónicas de la época dorada del cine mexicano. Se conocieron en la década de 1940 mientras trabajaban en la película La Mujer sin Alma y comenzaron una relación sentimental que duraría cerca de cinco años.
Durante su relación, Enrique Álvarez se convirtió en el representante artístico de María Félix y la ayudó a consolidar su carrera como actriz. Juntos trabajaron en varias películas exitosas, como Doña Diabla, El peñón de las Ánimas y La Escondida.
Sin embargo, la relación entre ambos no fue fácil debido a las constantes peleas y desacuerdos. En 1948, la pareja se separó definitivamente después de una fuerte discusión en la que María Félix le pidió a Enrique que dejara sus negocios ilegales.
A pesar de su separación, Enrique Álvarez y María Félix mantuvieron una amistad duradera y se respetaron mutuamente hasta el final de sus vidas. En una entrevista en 2012, Enrique Álvarez reconoció que María Félix fue el gran amor de su vida y que siempre la recordaría con mucho cariño y admiración.